
Volviendo al principio. Entre todos esos discos hay mucha, buena y variada música anglosajóna: Eagles, Van Morrison, Aretha Franklin, Stevie Wonder, John Lennon... Y entre todos ellos ha aparecido uno de esos grupos de los que había oído hablar pero nunca me había parado a escuchar: The Style Council. Me ha dejado bastante perplejo pues no esperaba algo así. Esa mezcla de estilos pasados por el tamiz del jazz y el rhythm & blues me ha dejado "ojiplático". Tampoco esperaba semejante giro musical de álguien como Paul Weller (The Jam), más cercano al rock y el punk. Pero es maravillosa esa sensación en tus oídos cuando descubres algo distinto, ese nuevo sonido que llevaba tiempo ahí pero que no había conseguido despertar mi atención. Toda una revelación.
El caso es que ha sido poner el disco Café Bleu en el plato y, como la Caroline de Poltergeist, he ido hacia la luz. Ya desde el primer tema van dejando claro lo que quieren hacer ¡qué piano! Y a lo largo de todo el disco esos sonidos jazzies, bossa nova, rhythm & blues y todo al mismo tiempo muy pop. Qué elegante. Así que esta vez no sé si destacar alguna canción en concreto porque me gusta todo. Dejo el enlace para que lo escuches entero, todo el disco, y este otro por escoger alguno.
Y ahora viene la reflexión, cuando me doy cuenta que todo eso había estado ahí y, sin embargo, no me había parado a escucharlo. Acaso no conocía Shout to the top o Walls come tumbling down. Hablamos de los mismos chicos. ¿Qué estaba haciendo?¿Hacia dónde estaba mirando yo cuando ésto sonaba? Sí, bueno, la chica esa del fondo con el jersey rojo, y la morena de ojos verdes y... efectivamente, todas ellas hacían interferencias, pero no es excusa para ello (en realidad un poco sí, así que dejémoslo ahí).
Así que, sí, lo sé. Cuando acabe de escribir todo esto, reconoceré hermanos que he pecado y me pondré cara a la pared y con los brazos en cruz por cometer semejante acto de agravio a la música.
Pero antes agradecer a Riki por su gran regalo. Por este disco y los otros cincuenta.
Cuánto me queda por aprender.
P.D. Cuando sea mayor quiero ser tan elegante como Paul Weller.