Últimamente, y tras la muerte de Amy Winehouse, se ha vuelto a recordar al "club de los 27", ese grupo de grandes leyendas de la música que murieron prematuramente a esa edad, y generalmente en circunstancias trágicas. Hablo de Janis Joplin, Jimmy Hendrix, Jim Morrison... Lo curioso e irónico de todo esto es el halo de glamour que envuelve a sus protagonistas, parece que todos ellos estaban en la onda, que eran guays y chachi pirulis, y nada queda más lejos de todo ello. Eran grandes artistas es verdad, pero también personajes con unos problemas interiores enormes y muy complejos. Problemas emocionales que les llevaron a refugiarse en el alcohol y/o las drogas, y que poco más tarde les empujarían a terminar en la forma en que lo hicieron. Muchos ven detrás de sus historias algo casi icónico, sin darse cuenta que en el fondo solo podían mostrarse tal y como eran sobre un escenario, desde donde muchas veces casi gritaban socorro sin que nadie les escuchase pese a tener a miles de personas delante, y una vez que se bajaban de él ya no había más. Es triste.
Llevo esta última semana escuchando a la gran Janis. Qué voz, qué increible voz. Pero cuánta amargura detrás de ella, cuánta soledad, cuánta tristeza. Sobre todo cuando canta Kozmic blues. No, no canta, te abre su pecho y te enseña lo que hay dentro ¿Qué más se puede decir? Pues que era grande. Muy grande.
Para rematar quisiera decir que cuando se hable a los jóvenes de estas figuras, no se ensalce el lado dramático de sus vidas, ni lo escabroso, sino su legado, que se hable de todo en conjunto para poder apreciar porqué fueron lo que fueron en lo grande y en lo miserable. Kosmic Blues
El club de los 27 incluye también a Brian Jones, el más Beatle de los Stones.
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