En los últimos días he recibido un buen regalo, un importante taco de discos de vinilo de mi querido cuñado Ricardo y su maravillosa esposa, o sea mi hermana Carmen. Qué puedo decir de ambos. En lo que nos trae aquí sí que puedo puntualizar que son personas con bastante gusto musical y responsables en gran medida de mi pasión por los Beatles. Con esto último ya queda dicho todo.
Volviendo al principio. Entre todos esos discos hay mucha, buena y variada música anglosajóna: Eagles, Van Morrison, Aretha Franklin, Stevie Wonder, John Lennon... Y entre todos ellos ha aparecido uno de esos grupos de los que había oído hablar pero nunca me había parado a escuchar: The Style Council. Me ha dejado bastante perplejo pues no esperaba algo así. Esa mezcla de estilos pasados por el tamiz del jazz y el rhythm & blues me ha dejado "ojiplático". Tampoco esperaba semejante giro musical de álguien como Paul Weller (The Jam), más cercano al rock y el punk. Pero es maravillosa esa sensación en tus oídos cuando descubres algo distinto, ese nuevo sonido que llevaba tiempo ahí pero que no había conseguido despertar mi atención. Toda una revelación.
El caso es que ha sido poner el disco Café Bleu en el plato y, como la Caroline de Poltergeist, he ido hacia la luz. Ya desde el primer tema van dejando claro lo que quieren hacer ¡qué piano! Y a lo largo de todo el disco esos sonidos jazzies, bossa nova, rhythm & blues y todo al mismo tiempo muy pop. Qué elegante. Así que esta vez no sé si destacar alguna canción en concreto porque me gusta todo. Dejo el enlace para que lo escuches entero, todo el disco, y este otro por escoger alguno.
Y ahora viene la reflexión, cuando me doy cuenta que todo eso había estado ahí y, sin embargo, no me había parado a escucharlo. Acaso no conocía Shout to the top o Walls come tumbling down. Hablamos de los mismos chicos. ¿Qué estaba haciendo?¿Hacia dónde estaba mirando yo cuando ésto sonaba? Sí, bueno, la chica esa del fondo con el jersey rojo, y la morena de ojos verdes y... efectivamente, todas ellas hacían interferencias, pero no es excusa para ello (en realidad un poco sí, así que dejémoslo ahí).
Así que, sí, lo sé. Cuando acabe de escribir todo esto, reconoceré hermanos que he pecado y me pondré cara a la pared y con los brazos en cruz por cometer semejante acto de agravio a la música.
Pero antes agradecer a Riki por su gran regalo. Por este disco y los otros cincuenta.
Cuánto me queda por aprender.
P.D. Cuando sea mayor quiero ser tan elegante como Paul Weller.
Apasionante tema.
ResponderEliminarDurante años mi grupo favorito (hablamos de los terrenales, claro) fueron los Jam. Cuando se separaron y Weller creó Style Council, me pasó lo de siempre: soy esencialista, me gusta lo primero de cada grupo, lo espontáneo. Cuando se hacen profesionales y empiezan a obsesionarse con la elaboración... uf. Creo, no obstante, que ahora me gustarían más. Buena ocasión para retomarlos.
Me alegro. Precisamente de tí esperaba algún comentario al respecto y lo he conseguido. Gracias, como siempre.
EliminarDe las tres etapas del genio Weller, quedo con la primera y la tercera: los Jam y él en solitario, aunque no desmerece Style Council. Es uno de esos genios que convierten en maravilla todo lo que tocan, como Peter Gabriel o David Bowie.
ResponderEliminarReconozco mi desconocimiento sobre la figura de Paul Weller que no sea lo esencial. Así que ya tengo trabajo para más adelante.
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