Se acaba el verano y me he puesto tonto, me han venido recuerdos de hace mucho, de otros veranos, de otros momentos. La verdad es que en todo hay un culpable de esta situación y en mi caso ha sido cuando estaba escuchando canciones, no del verano, pero sí asociadas a él de una u otra forma. El caso y la cuestión es que me ha venido a la memoria un tema que se me ha quedado grabado junto a buenos recuerdos de cuando uno tenía bastantes menos años.
Llegábamos al final de los setenta y en la urbanización donde pasábamos el verano había fiestas. Por la noche tocaba un grupo cerca de la piscina, podría decirse que era la típica verbena. Allí estábamos todos, bailando al son de las diferentes canciones que la banda interpretaba. Pero cuando ya se iba acercando el final de la noche, la música se ralentizaba, las parejas se movían acompasadamente por ritmos mas lentos que el pequeño grupo iba desgranando de sus instrumentos. Y así le llegaba el turno a una de las canciones instrumentales mas maravillosas que se han compuesto: Europa, de Carlos Santana. Yo en esa época no conocía todavía quién era este señor que se llamaba igual que un tenista, ni que estaba dedicada a la figura mitológica griega de mismo nombre, como tampoco sabía que su título original era Cry Heaven's Europa (Earth's Smile) pero con nueve o diez años, sinceramente, tampoco me importaba mucho. Lo único que importaba era mi niñez, el verano y pasármelo bien como solo me lo pasaba allí. Pero cuando sonaban los primeros acordes de esta canción el mundo se detenía, y yo la escuchaba sentado en la escalera de acceso a la piscina y bien pegado a los altavoces para no perderme ni una nota.
Desde entonces pocas canciones me han provocado esa sensación, exceptuando a los chicos de Liverpool (of course). Porque hay que reconocer que a esa edad todo es maravilloso e increíble y lo que queda siempre es mas profundo y duradero aunque sea en la fragilidad de la memoria. Que más puedo añadir, escúchala y decide: Santana-Europa
Ahora, Fer, tengo más tiempo. Y eso es genial por cosas como ésta: te debía desde hace meses un comentario a esta entrada. La leí al final del verano pasado y me subyugó. Es una epifanía entrañable. La leo y estoy allí contigo, bajo un manto de estrellas, oliendo a mar, sintiendo la brisa, viendo a una chica guapa y sintiendo el golpe de los altavoces dentro del pecho.
ResponderEliminarCómo me ha gustado tu comentario. Ahora cuando recuerde aquellos momentos sentiré la presencia de alguien que entiende su significado tal y como se grabó en mi memoria. Gracias.
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