El otro día realizaba una cita sobre un cantante argentino, un rockero auténtico, de los que cantaban en español demostrando que el rock no tiene porque ser solo en inglés.
Corria la década de los setenta cuando aterrizó en España este buen señor huyendo, supongo y como tantos, de la dictadura militar que se había impuesto en su país una vez más. Mauricio Birabent alias Moris ya era muy conocido allá, entre otras cosas por haber formado parte de los Beatnicks. Aquí editó un único disco pero que tuvo gran éxito, Fiebre de vivir, y en él contaría con el apoyo instrumental de lo que luego sería Tequila. Es un disco redondo de principio a fin, con mucho rock y del que puedo decir que me gustan casi todas sus canciones.
Pero entre medias de tanto rock se cuelan algunas baladas, medios tiempos de gran calado, con estupendas letras.
Este que traigo a colación es Tarde en el metro, un tema íntimo, relajado, casi nostálgico, que empieza con una intro instrumental de justo un minuto, y tras él se despliega una maravillosa letra arropada de una melodía casi perfecta, y que entre ambas te transportan al Madrid de finales de los setenta. Lo mejor es escucharla con el mejor de los silencios, esos silencios que solo se utilizan para oir las buenas canciones, o mejor dicho para degustarlas.
