Hablaba el otro día del disco Let it be... naked como un buen producto para coleccionistas, donde se incluyen cosas que si bien hacen subir el precio del disco, al final lo compras con mucha gana porque te parece algo, sino único, sí algo distinto. Pero no es necesario incluir muchos complementos para hacer un disco atractivo. En todo caso hay que romperse un poco la cabeza para llegar hasta el consumidor y aunque, en un momento dado lo que te ofrezcan sea lo mismo, te llame la atención.
En cualquier caso, si un disco es bueno porque su contenido lo es (por contenido hablo de su música no de sus extras) lo demás da igual. Pero si el disco nos lo han vendido veinte veces de veinte veces distintas por lo menos dale gracia al asunto.
En la feria del disco de Madrid de hace un par de años o tres me compré uno de esos miles de recopilatorios que han hecho de Elvis Presley. En este caso se trata de uno (en realidad es un doble) realizado por el sello Arcade para el Reino Unido a mediados de los setenta y que según parece fue superventas en las islas en esa época. Musicalmente es bastante interesante pues incluye, aparte de grandes éxitos del Rey, canciones raras y caras b no editadas posteriormente en lp ni recopilatorios. Al margen de la cuestión musical llama la atención la carpeta que guarda los discos. Aprovechando la cuestión de ser un doble disco la carpeta también es doble con lo que se han colocado unas estupendas fotos en ambas caras y a todo lo largo de las mismas junto a los títulos de las canciones que recoge el recopilatorio. El efecto que se hace al desplegar el disco es bastante llamativo. Y hasta dan ganas de enmarcarlo.
Así que puede parecer una tontería lo que cuento pero me parece una buena manera de presentar un disco sin necesidad de invertir demasiado y a la misma vez demostrando un poco de cariño y respeto al coleccionista.
En el fondo es que soy un romántico.
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