Este disco en concreto pertenece a una reedición de la colección de sencillos que se realizó en 1977. Es similar a la colección que apareció en España en la misma década llamada The singles collection 1962/1970 y las canciones que aparecen son Paperback Writter y Rain.
Trae la típica funda exterior con la distribuidora para Japón, o sea Toshiba, y dentro viene el disco y un insert de doble página con casi todas la explicaciones en japonés e inglés, letras de canciones, etc y la discografia en su parte posterior. Las partes que vienen sin traducir al inglés quedan ignotas para mi pues no entran en los tres idiomas que hablo perfectamente, esto es ejpañol, manchego y bolo. Políglota que es uno.
En el lote venían otros sencillos de otros países que ya iremos viendo.
Cómo os envidio a los coleccionistas, Fer. Me gustaría que me gustase, pero no tengo paciencia.
ResponderEliminarPor cierto: ¿qué Gramática Boleña sueles manejar para tus estudios eruditos?
¡Ja ja ja! El bolo no es conocimiento escrito si no que pasa de manera oral de padres a hijos, lo que lo hace único pues no se enseña en aula. El bolo incluye expresiones de altura como ¡anda bolo!, eres una alhaja, ¡arroz pegao!, ni a la ventana te asomes, ¡qué cabalito!, echusté, meter el cuezo... En fin, palabros, dichos y exteriorizaciones varias del lenguaje hablado propias de la ciudad de Toledo y alrededores.
ResponderEliminarSwann, eso de que no tienes paciencia no te lo creo. Esa colección tuya de casettes de pop que tiende a infinito es una prueba de que eres un obsesivo coleccionista,... sin saberlo.
ResponderEliminarY qué envidia esa joya japonesa de Fer.
Todos llevamos un coleccionista dentro, aunque sea de las cosas más surrealistas, y si no fijaros en esto. Acabo de terminar de leer el libro Premio de Microrrelatos Manuel J. Peláez y del que recomiendo fervientemente su lectura y en el que viene uno presentado por
ResponderEliminarArantza Portabales Santomé de Teo, A Coruña y que se titula
"Coleccionistas"
Su ejemplar más valioso era un coleccionista de
mariposas que atrapó en un hayedo de la Sierra
del Caurel.
Lo exhibe orgulloso en una gran vitrina,
entre un numismático belga y un filatélico francés.
Así que se puede coleccionar cualquier cosa.
Me encanta este microrrelato.
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