Cómo puede llegar a ser tan frágil la memoria. O todo lo contrario, entrar como un elefante en una cacharrería haciendo que cientos de imágenes, sonidos y recuerdos aparezcan sin que nadie los haya llamado. Y están ahí, no vamos a decir que no, porque cuando salen es porque antes ha habido algo o alguien que los ha creado y guardado. Será que el sueño de la razón produce monstruos, como diría el Sordo de Fuendetodos.
Pues ahí estaba yo escuchando al amigo Mike Olfield y su Tubullar Bells, obra adorada y odiada a partes iguales por el respetable. A mi particularmente me gusta, pero este disco. No la segunda parte, ni la tercera, ni la vigésima. Que es más de lo mismo, vamos. Pues como digo, en esas me encontraba cuando el disco llega a la parte del Maestro de ceremonias, y más concretamente al minuto 2:29, cuando se me abrió un pequeño resquicio en esta almendra que tengo por cabeza y me vinieron imágenes de una cabecera de RTVE, de atletas en carrera, estilizados gimnastas, ciclistas a toda velocidad... vamos, de los primeros programas deportivos que recuerdo en los setenta con Daniel Vindel. Y me he dicho a mi mismo: "¡pero bueno! ¿dónde tenía yo esto almacenado?".
Recordar que también se utilizó otra conocidísima parte del Tubullar Bells en la película El Exorcista.
Pero siguiendo con la televisión, la caja tonta ha tomado mucho de la música pop. Concretamente de Mike Olfield recuerdo otras, que me ha costado dar con ellas (porque no me acordaba de los títulos), Guilty y Portsmouth. Creo que éstas eran de programas divulgativos de La 2 de RTVE (recuerden los niños, si hay alguno por aquí, que antes solo había dos canales ¡sí, solo dos!)
Pero no queda ahí la cosa. Otro flash y surge uno de los programas emblemáticos de finales de los ochenta, que sigue todavía en antena y con una sintonía original característica e inquietante a partes iguales: Documentos TV. Mucho se nos han abierto los ojos con este programa (y a algunos otras cosas en cuanto sonaba la musiquita). Este tema de nombre Paris, Texas es una creación de Ry Cooder, guitarrista californiano y que en realidad formó parte de la banda sonora de la película de mismo nombre del director Wim Wenders.
Al ver que la cosa iba subiendo enteros mi cerebro ha decidido darme tregua y rebajarla con otra sintonía más amable y de facturación nacional: Con las manos en la masa. ¡Olé y olé! Firmada por Vainica Doble y cantada entre Joaquín Sabina y Gloria Van Aerssen, cincuenta por ciento de las Vainica. ¡Dónde va a parar la cosa!¡Qué relax!
Seguramente habrá más sintonías televisivas con formato pop y enjundia histórica pero mi seso ha hecho pop (nunca mejor dicho) y ahora se está reiniciando. Dejémosle que se enfríe.
En fin, que no hay nada como un pequeño agujerito para que se haga la luz. Luego viene Iberdrola y la jodim... pero bueno, esa es otra historia.
Es la magdalena de Proust, Fer.
ResponderEliminarPues últimamante tengo unos atracones de magdalenas que no veas.
EliminarEl otro día en un vuelo de Air Nostrum pusieron como hilo musical algunas de los Betales. Justo en el aterrizaje Strawberry fields. John Lennon de hilo musical...se tuvo que revolver en la tumba,..o donde quiera que esté.
ResponderEliminarO quizás hubiese sonreido irónicamente.
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