Los Beatles y yo. Música y de todo un poco.

sábado, 13 de diciembre de 2014

Sellos y Navidad

Desde bien pequeñito me dio por coleccionar todo tipo de cosas: tebeos, canicas, cromos, figuritas, maquetas, recuerdos de todo tipo... Casi puedo decir que todo cuanto caía en mis manos. Y más tarde vendrían los discos. Pero de esas primeras colecciones son pocas las que han pervivido al paso del tiempo. De entre todas ellas hay una que aún mantengo y a la que tengo un especial cariño, aunque ya no la amplío como antes: la colección de sellos. Para muchos es una afición aburrida pero gracias a ella aprendí, entre otras cosas, mucha historia y geografía.
Son de las aficiones que heredé de mi padre, como la lectura y el dibujo, y él se ocupó y preocupó para que la mantuviese. Y no recordaba hasta que punto. El otro día abrí la caja donde ahora descansa dicha colección y observé varias cosas. La primera es la cantidad de sellos que tengo; la segunda, lo interesantes y llamativos que son muchos de ellos; la tercera, caer en la cuenta de países que han desaparecido y cómo se han movido las fronteras; y la última, que un sello no pesa pero una colección entera ¡jolines que sí!

En la colección que heredé de mi padre se pueden ver sellos de un mundo que existía hace más de un siglo (y raro que todavía exista con lo que vendría después). Sellos de la Alemania de fines de XIX y principios de XX; de Baviera y Dantzing; de la época nazi, con algunos de ellos sobreimpresionados por la inflación con un valor muy superior al marcado. De Francia y sus colonias (Indochina, Guayana, Guadalupe, Níger...); de Portugal y las suyas (Angola, Mozambique, Guinea...); Bélgica (Congo). Del Reino de Serbia, Croacia y Eslovenia, de la Estonia y Rusia presoviéticas, de Epiro (hoy dividida entre Grecia y Albania). Paises que existen todavía, otros ya desaparecidos, monarquías que ahora son repúblicas y repúblicas que se han ido al garete... Como de España, que tengo sellos de los reinos de Isabelota y los Alfonsos, de la II república, de la dictaplasta y la actual monarquía. Increible.

En cualquier caso, he tenido una pequeña regresión a mi infancia y juventud. Porque es curioso que empecé a juntar sellos, ya que eso es lo que realmente hacía al principio, unas navidades de no sé qué año. Y ahora ha vuelto a mi memoria trayéndome gratos recuerdos de aquella navidad y de mí mismo buscando, reuniendo y catalogando decenas de sellos. Así que es llamativo que esta colección haya aparecido ahora, cuando se cumplirán no sé cuantos años de ello. Cómo pasa el tiempo.

Hoy, en esta era de revoluciones tecnológicas, le hablas a cualquier muchacho de los sellos y su uso y te mirará como a un bicho raro salido de un museo arqueológico. Como digo, será que ya voy teniendo una edad.

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