Cuatro años dan para mucho. Y en todo este tiempo, desde aquella primera entrada, han pasado muchas cosas. Incluso más de las que yo podría haber llegado siquiera a intuir. Y hablo estrictamente de lo que ha dado de sí este humilde blog. Lo que comenzó como un mundo diferente pero pequeñito, muy pequeñito, casi circunscrito a mi persona y por dar rienda suelta a mis pasiones musicales, se ha ido agrandando poco a poco pero inexorablemente. Casi sin darme cuenta. Pero ha pasado. Y han entrado otras personas. Y yo pensando que escribía solo para mí. Pero no. No había un vacío, ni la nada, ni un agujero en el bolsillo por el que se escapaban las cosas. Había alguien que leía lo que escribía. Increible, pero cierto. Y no solo leían las letras que yo juntaba con mejor o peor acierto sino que les daba por comentarlas. Vuelta a la estupefacción. Aunque aún hay más. A algunas de esas criaturas humanas he podido llegar a ponerles cara y ¡hasta cuerpo y voz! No, no eran imaginaciones de la mente calenturienta de un bloguero. Y sí, conocí de primera mano a otros como yo. Como yo. Quizás esto último suene raro. Pero es así. Básicamente aficionados a la música (la buena música), los Beatles (ese grupo inglés) y algunas otras cosas. Pero si hasta hemos ido de concierto. Qué momentazo.
En fín, que este mundo diferente ha hecho honor al nombre; no ya por el que escribe aquí de vez en cuando sino por los que de una u otra manera, tanto en el mismo blog como fuera de él, han hecho posible llegar hasta aquí. Lo que venga después es otra historia.
Entrañables e inolvidables momentos en este mundo diferente tuyo que ya es nuestro. Así que gracias. Gracias sobre todo.
ResponderEliminarVosotros lo habéis hecho más diferente si cabe, y para bien. Gracias mil, César.
EliminarFelicidades y gracias. Esto no ha hecho más que empezar.
ResponderEliminarNoooo, gracias a ti. Como he dicho a los otros primos sois vosotros los que habéis dado un punto especial a esto. Qué mundo más majo.
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