Los Beatles y yo. Música y de todo un poco.

viernes, 26 de agosto de 2016

Billy Paul

Para muchos el nombre de Billy Paul no les dirá absolutamente nada. Si decimos que es el intérprete de Me and Mrs. Jones ya decimos eso de ¡Ah sí, ese cantante! Pero este gran hombre es mucho más que eso. Siendo niño ya empezó a destacar como cantante a finales de los años cuarenta (ahí es nada) junto a figuras de gran renombre dentro del jazz como Charlie Parker, Nina Simone, Miles Davis, y más tarde un efímero paso por los Blue Notes de Harold Melvine. En cualquier caso, pese a ser una figura reconocida dentro del circuito musical, tendrá que esperar hasta principios de los setenta para que se unan los astros con el dúo de compositores Gamble & Huff (que parecen una marca de champú, dicho sea con todo el respeto), el sonido Philadelphia y, como no, la señora Jones.

En 1972 Gamble & Huff, creadores de Philadelphia International Records se sacan de la manga un estupendo tema al que no acaban de encontrar intérprete, hasta que se cruza nuestro protagonista de hoy. La especial voz de Billy Paul junto a la buena labor del dúo compositor conseguirán que Me and Mrs. Jones llegue al número uno de las listas americanas y sea un éxito en Europa. Pero el lp que recoge este tema no se queda en eso. 360 grados de Billy Paul tiene más buenos temas, buenas versiones y compositores de fama. Las versiones son casi irreconocibles si no es por la letra pero suenan francamente bien. Ahí tenemos el Let's Stay Together de Al Green hecha balada y que dobla su duración, Your Song de Elton John y Bernie Taupin a la que casi convierte en un gospel, y It's Too Late de Carole King, más reconocible pero más recargada en sus arreglos. En cualquier caso el funky-soul aparece por tadas partes del lp y curiosamente en la que, quizás, menos se muestra es precisamente en la afamada Me and Mrs. Jones. Pero ahí está también una de mis favoritas del disco y referente del Philly Sound Am I Black Enough For You, canción que le dio ciertos problemas por hacer un alegato directo del black power, muy en boga en ese momento

En cualquier caso el título está muy bien puesto, y resume los diversos aspectos que recoge el disco; desde el amor terrenal al religioso, cuestiones reivindicativas ya mencionadas, y a un músico que partiendo del jazz gira al funky y el soul sin ningún tipo de problemas y con total elegancia.

Para rematar el asunto, y como no podía ser de otra manera, Billy Paul era un gran fan de los Beatles. Un fan reconvertido todo hay que decirlo porque inicialmente con I Wanna Hold Your Hand él mismo pensó que los británicos serían flor de un día. Cuando escuchó su siguiente disco se dio cuenta del error. Y más al percatarse de cómo habían dado una vuelta de tuerca a la propia música americana y redescubriendo sus raíces a los propios yanquis. Qué curioso. Además para Billy Paul, John Lennon, fue uno de los más grandes escritores del mundo. Ahí es nada. En 1976 realizó una estupenda versión, por supuesto soulera, del Let Em In de Paul McCartney. Y me encanta.

viernes, 5 de agosto de 2016

Cuando se cierra una puerta, otra se abre.

Pero quién ha hecho estos escalones. Puñetera escalera, casi me caigo. Parece que estoy bajando hacia el infierno. No sé ni dónde piso y encima resbaladizo. Y esta oscuridad ¿Era tan difícil haber puesto un poco de luz? Hay cosas que no cambian, era un antro antes y lo sigue siendo ahora. Y dónde está esta mujer. Siempre detrás de ella. Cualquier día me canso y la van a dar por ahí. Jolines, qué agobio, si no hay quien respire. Qué humedad. Lo que digo, no me gustaba antes, y sigue sin gustarme. Al menos antes sonaba jazz, música interesante, de gente cool, y no esto que suena ahora. En fin.
Casi no puedo pasar de la gente que hay. Esto es totalmente... asqueroso, me llevo el sudor de todas las personas al tener que hacerme sitio para pasar. Y no les importa sudar por los cuatro costados con tal de estar aquí. Qué cosas.
Y ¡¿Dónde leches está esta mujer?! Pero es que me resulta casi imposible ver algo, con tanto personal, con tan poca luz... Y esa música sonando tan alto. ¡Ah, por fin! Ahí está.

—Hola cariño ¿Qué tal?
—Pues aquí esperando. Llevo dos horas.
—Bueno, no te enfades.
—Contigo siempre es lo mismo y ya estoy harta.
—Pero, ¿A qué viene esto?
—Que me cansas, que ya no quiero seguir contigo.
—Pero...
—Ni peros ni nada, hasta aquí hemos llegado.
—Vale vale, tienes razón. Solo te diré una cosa: eres in-so-por-ta-ble. Adiós bonita.
— ¿Cómo que adiós? Ni se te ocurra dejarme. Soy yo la que te deja, que lo sepas.
—Que sí, que lo que tú digas. Ahí te quedas.

Si es que lo sabía. Sabía que estaba haciendo el idiota con ella. Y ¿ahora qué?  A la mierda. Necesito tomar algo, un trago de algo fuerte. Qué mal rollo... En fin, que me pongan un tiro de algo, aunque supongo que en este antro solo servirán matarratas. Cualquier cosa me vale, hoy me da lo mismo todo. Y a todo esto, estos que están cantando quiénes son. Vaya pintas, todo de cuero. Deben ser alemanes o algo así. Y cómo les gritan las chicas. Pues suenan bien... creo. Y ¿qué hacen ahora? Están contando un chiste o un chascarrillo. Pues son divertidos los tíos y se lo pasan estupendamente. Anda, que bien suena esto que cantan ahora. Bueno, al menos creo que hoy he descubierto algo interesante. No ha terminado mal la noche.