Los Beatles y yo. Música y de todo un poco.

domingo, 3 de febrero de 2013

Película Sgt. Peppers

El otro día hablábamos de esas cosas curiosas que se hicieron en la década de los setenta al amparo del éxito de los Beatles y, nuevamente, nos encontramos en 1978 con otra película basada en el Sergeant Pepper, el grupo y su música.
No sabemos en principio (ni en final) a quién se le ocurrió hacer semejante experimento pero sí sabemos que el guión original fue llevado a cabo por Henry Edwards, y Michael Schultz dirigió la película. La historia es simplona, rara, con buenos y malos.
Al parecer, aprovechando el éxito que habían tenido Peter Frampton poco tiempo antes con Frampton Comes Alive y los Bee Gees con Fiebre del Sábado Noche  y Grease, decidieron hacer una película con Billy Shears (Frampton) y la Banda de los Corazones Solitarios (Bee Gees). Billy es el nieto del Sargento Pimienta, heredero de una trompeta mágica capaz de hacer los sueños realidad ¿? Pero mira tú por donde, los malos malísimos quieren hacerse con ella para hacer al mundo infeliz. Alucinante ¿verdad? En fin, ya sabes lo que pasa, que dámela, que no quiero, pero mira cómo eres, que solo un poquito jolín... Bueno, así casi dos horas.

Visualmente, por tanto, la película no aporta nada (bueno sí, mucho lamé). Y desde el punto de vista musical pasa lo que siempre pasa en estos casos, que apoyándote en la obra de los Beatles, la cosa tiene que ser muy disparatada para que salga mal. Pues así es; las versiones que aparecen son para todos los gustos pero generalmente planas, mediocres en algunos casos, otras no dicen nada, las armonías vocales marca de la casa Bee Gees por algunos lados. Lo único quizás más interesante la guitarra de Peter Frampton, pero no él cantando porque parece forzado a más no poder (y como actor es bastante malo). Y lo triste es que George Martin se involucró en este proyecto con los arreglos, y en vez de poner cordura lo terminó de arreglar, y ayudado por Geoff Emerick, para más inri.

Pero no estaban solos todos los anteriores. Aparece un elenco que más quisieran muchos para otros filmes musicales y que aquí hacen lo que pueden y/o quieren. Aerosmith, Alice Cooper (con bigotón a lo Frank Zappa), Earth Wind and Fire, Billy Preston, Steve Martin, que si nunca me ha gustado como actor aquí menos con una parodia de Maxwell Silver Hammer. También perpetran Mean Mr. Mustard y She´s leaving home al tratarla con sintetizadores, y sale lo que sale.
Y en la escena final, por si fuera poco, aparecen otra infinidad de artistas reconocidos interpretando a coro el tema principal de la película. Y con coreografía.
Si tienes 113 minutos para verla pues dedícalo a otra cosa, ya me he sacrificado yo por ti al verla. Y si quieres hacerlo allá tú. Ahora, si quieres escuchar la banda sonora es otra cosa. Algo habrá que te agrade entre casi treinta canciones.
Para terminar, el disco que ves en la foto me salió baratito pero no tanto como pone la etiqueta (50 pesetas). Lo compré en un lote de discos variados en el que aparecían otros de los Beatles juntos y por separado, además de algún otro artista o grupo inglés.
Pongo el enlace para escuchar la canción entera porque en la película solo se oye un trozo. Es interesante y quizás de lo mejorcito de toda la película. Y algún otro día colgaré el doble álbum que salió como banda sonora.

3 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo contigo en que la película no merece la pena- En lo que disiento es que en el doble disco puedes encontrar algo salvable. Yo no lo he encontrado en los 30 años que hace que lo tengo. Me parece horroroso.
    Estoy preparando otra entrada sobre otro buen disco, en mi opinión, de versiones beatles.

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  2. Me acurdo, allá por el neolítico, cuando vi este álbum entre las "novedades" de la sección de discos de El Corte Inglés. Me dio miedo comprarlo porque me temía lo peor. Después de..¿más de 30 años? de esta peli, descubro que mi intuición adolescente era correcta.
    Vale, pues no lo compro.

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  3. Recuerdo haber visto esa película hacia el 79, un día que me metí en el cine sin tener ni idea de lo que iba a ver. Me quedó una impresión de perplejidad que todavía no he podido superar. Y no sabría decir por qué.

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