Reflexionando a propósito del nuevo Papa he llegado yo solito hasta Bob Dylan. Qué cosas ¿verdad? Pues así ha sido. Comencé pensando en eso de los millones de cristianos que hay en el mundo y en otras cuestiones adyacentes al mismo, luego se me fue la cosa a esas personas que nacen bajo unas determinadas circunstancias y cuando van teniendo uso de razón (o la pérdida de ella) ven la luz en otras creencias que a sus ojos entienden como verdadera, o toman la de sus orígenes y la llevan mas allá. Y todo, dicho sea de paso, con el máximo respeto, que no se me altere nadie que no está en mi juicio tocarle la moral al personal, y que cada uno crea o deje de creer en lo que le parezca.
Por supuesto mis reflexiones se enfocaban al mundo de la música. Me acordaba de Cat Stevens que renació bajo el nombre de Yusuf Islam, Little Richard que llegó a abandonar la música (temporalmente, claro) para ser pastor (de almas se entiende), Bob Marley dejó el cristianismo para defender el movimiento rastafari, Bob Dylan se apartó del judaísmo para hacerse evangélico, Madonna pasó del catolicismo a la cábala (aunque realmente no sé si la ambición rubia sabe por dónde se anda) y por supuesto George Harrison criado como cristiano se hizo hinduista. Es verdad que algunos sufrieron tales terremotos tras una experiencia traumática por lo que buscaron otras cosas menos terrenales y mas espirituales.
Posteriormente trasladé esas visiones cósmico-religiosas al plano netamente musical y empecé a ver sus influencias. Obviamente en algunos se deja ver más que en otros. En George Harrison es más que notable y conocida esa inmersión en todo lo que olía a hindú, en Marley en todo lo que olía a otras
cosas y en el que nos atañe hoy, Bob Dylan, dio a conocer la palabra de Jesús en una serie de discos a finales de los setenta y principio de los ochenta de los que dicen los críticos se encuentra casi lo peor de su discografía. La verdad es que a algunos les sienta mejor la espiritualidad que a otros. Yo no soy un especial conocedor de la carrera Dylaniana, no paso de conocer sus grandes éxitos y algún que otro tema menor, pero toda esta historia me terminó llevando y recordando a la canción
Man gave names to all the animals, que traigo a colación y que me persiguió todo un verano quedándose grabado al fuego en el hipotálamo. No es una gran canción pero si supuso uno de los pocos éxitos que obtuvo por la época. Está incluida en su lp Slow train coming de 1979.
Para finalizar no tengo mas remedio que traer aquí la versión que Joaquín Sabina hizo de este tema y que al parecer al autor no le hizo mucha gracia. Sabina en estado puro:
El hombre puso nombre a los animales
con su bikini, con su bikini
El hombre puso nombre a los animales
con su bikini, qué mogollón.
Al cocodrilo le llamó "cocodrilo"
porque en el Nilo nadaba con estilo.
Al diplodocus le llamó "diplodocus"
porque ya entonces quedaban pocus.
Y al que en la selva rugía feroz
fue y le puso "león".
Vio un bicho nadando por el canal de Suez
y le puso "pez", ¡qué gilipollez!.
Vio un caballo alto que no usaba gafas
y, por supuesto, le puso "jirafa".
Y al de rabo largo, chiquito y matón
fue y le puso "ratón".
A las ladillas les puso "ladillas"
por lo que pican cuando las pillas.
Y al ornitorrinco le llamó "ornitorrinco"
porque no encontró un nombre más raro.
Y al que se adapta a cada situación
le puso "camaleón".
A un lagarto que iba para Barranquilla
le puso "caimán", se va el caimán.
A otro que ya no puede caminar
porque le faltan las patitas de atrás
le dijo: "cucaracha te vas a llamar".
Marihuana pá fumar.